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El entorno natural de Lauro Golf es uno de sus principales activos y es por ello el lema “Naturaleza Viva” del campo de golf.
Nuestra gestión diaria está comprometida con el medio ambiente, en el convencimiento de que es precisamente esta experiencia de contacto permanente con la naturaleza la que hace tan atractivo el complejo de golf. Nuestro residencial cuenta con una depuradora propia donde se reciclan las aguas de deshecho de las viviendas y reutilizarlas para el riego. Por otro lado Lauro Golf posee un sistema de riego racionalizado que nos permite aplicar sólo la cantidad necesaria al césped en cada lugar determinado, y ni un litro más.
A ello tenemos que sumar la implantación de un tipo de césped, la Bermuda 419, que tiene unas necesidades de riego inferiores en un 40%, a otros céspedes tradicionalmente usados en los campos de golf. Y todo ello con un único objetivo: ahorrar en el consumo de agua.
Por otro lado, cada octubre comienza una pequeña campaña de plantación de árboles jóvenes en el entorno de golf, en un número aproximado de mil quinientos. Hoy llevamos más de once mil árboles plantados que se suman a la arboleda preexistente en el campo de golf. Son fundamentalmente encinas, algarrobos, pinos, cipreses, álamos, chopos, quejigos y algún árbol ornamental como la palmera o el sauce, los que año tras año se incorporan al entorno, y se incorporarán en el futuro, puesto que esta campaña no ha terminado aún.
La creciente concentración de arboleda en Lauro Golf está aumentando los niveles de humedad en el campo de golf, ya que la mayor sombra y el efecto cortavientos que producen permiten una menor deshidratación del césped. Año tras año, el greenkeeper está notando una menor necesidad de riego para mantener el campo en perfectas condiciones, sobre todo en aquellas zonas donde los nuevos árboles se incorporaron hace ya tiempo y han podido crecer hasta hacerse adultos.

Para que Lauro Golf sea totalmente respetuoso con el entorno, hemos adoptado sistemas de abonado a través del riego, de manera que en los momentos puntuales de necesidad de abono del césped, se aplican muy pequeñas dosis de manera muy fraccionada, al ritmo de consumo de la planta, minimizando así cualquier riego de percolación y afección al subsuelo.